- Aproximadamente el 50% de los diabéticos son hipertensos.
- Los hallazgos fisiopatológicos más habituales en
el diabético tipo 2 hipertenso son el incremento de volumen,
sodio corporal total elevado, ARP normal o baja y aumento de las
resistencias periféricas.
- La forma clínica más frecuente de HTA en la DM
tipo 2 es la HTA sistólica del anciano.
- Habitualmente la HTA y otros factores de riesgo cardiovascular
preceden en años al diagnóstico clínico de la
diabetes.
- La diabetes se considera factor de riesgo cardiovascular
principal e independiente (Framinghan Heart Study) e incrementa dos
a cuatro veces la morbimortalidad de origen cardiovascular de forma
independiente a otros factores de riesgo cardiovascular.
- En DM tipo 2 para prevenir o mejorar el pronóstico de las
complicaciones crónicas (micro y macroangiopatía) se
obtienen mejores resultados con el estricto control de la PA que con
el control metabólico.
- Los valores de PA deseables como objetivo en el diabético
tipo 2 son < 130/85 mm/Hg.
- Todos los grupos de hipotensores habituales (IECAs, ARA II,
calcioantagonistas, alfa-bloqueantes, diuréticos y
betabloqueantes) pueden ser útiles como monoterapia o en
combinación en el diabético tipo 2 hipertenso excepto
betabloqueantes no cardioselectivos y diuréticos tiazídicos
a dosis medias o altas (> 25 mg/día de hidroclorotiacida).
- Los IECAs son de elección en presencia de
microalbuminuria en diabéticos tipo 2 hipertensos o
normotensos.
- El uso de aspirina a dosis bajas (75-300 mg/día) es
recomendable en prevención primaria de cardiopatía
isquémica en varones (y probablemente en mujeres) diabéticos
mayores de 30 años y es muy recomendable en prevención
secundaria en diabéticos de ambos sexos tras IAM y otros
episodios graves de enfermedad cardiovascular.
- La utilización de estatinas para disminuir las cifras de
LDL-colesterol en prevención secundaria de enfermedad
cardiovascular es muy útil en diabéticos al igual que
en no diabéticos.
- Las tablas utilizadas para calcular el riesgo cardiovascular
global son útiles para valorar el riesgo relativo, en
prevención primaria, de un paciente diabético dado
respecto a otros diabéticos de menor riesgo, pero no sirven
para calcular el riesgo absoluto porque probablemente lo
infravaloran al estar basadas en población no específicamente
diabética.
|